El peligro de la deriva
Sharon Jaynes
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. Hebreos 2:1 (NBLA)
Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna. Salmo 139:24 (NTV)
Así que, ¡sean fuertes y valientes, ustedes los que ponen su esperanza en el SEÑOR! Salmo 31:24 (NTV)
El que es entendido refrena sus palabras; el que es prudente controla sus impulsos. Proverbios 17:27 (NVI)
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Juan 10:10 (NVI)
Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1 Pedro 4:10-11 (RVR-1960)
La parte que cayó entre espinos son los que oyen, pero, con el correr del tiempo, los ahogan las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida, y no maduran. Lucas 8:14 (NVI)
«El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.» Juan 10:10 (NVI)
Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. 1 Pedro 5:7 (NVI)
¿Dónde lo han puesto? —preguntó.—Ven a verlo, Señor —le respondieron. Jesús lloró. —¡Miren cuánto lo quería! —dijeron los judíos. Juan 11:34-36 (NVI)
Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca. Proverbios 17:28 (NVI)
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. Hebreos 2:1 (NBLA)
—Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti. Así que el hombre se fue y proclamó por todo el pueblo lo mucho que Jesús había hecho por él. Lucas 8:39 (NVI)
pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de...
Mi alma se aferra a ti; tu mano derecha me sostiene. Salmo 63:8 (NVI)