El peligro de la deriva
Sharon Jaynes
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. Hebreos 2:1 (NBLA)
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7 (NVI)
Y Enoc anduvo con Dios, y desapareció porque Dios se lo llevó. Génesis 5:24 (LBLA)
Detrás y delante me rodeas, y sobre mí pones tu mano. Tal conocimiento me es maravilloso; tan alto que no lo puedo alcanzar. Salmos 139:5-6 (RVA-2015)
Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. Filipenses 3:13b-14 (NVI)
“Enseñarán a mi pueblo a discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo impuro y lo puro. Ezequiel 44:23 (RVA-2015)
Entonces el Señor me dijo: “Dejen ya de andar rondando por estas montañas, y diríjanse al norte”. Deuteronomio 2:2-3 (NVI)
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica. Efesios 2:10 (NVI)
Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Juan 13:1b,c (NVI)
»Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Mateo 7:7 (NVI)
Al ver Noemí que Rut estaba tan decidida a acompañarla, no le insistió más. Rut 1:18 (NVI)
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. Hebreos 2:1 (NBLA)
—Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti. Así que el hombre se fue y proclamó por todo el pueblo lo mucho que Jesús había hecho por él. Lucas 8:39 (NVI)
pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de...
Mi alma se aferra a ti; tu mano derecha me sostiene. Salmo 63:8 (NVI)