Mi cuerpo vive en el reino
Jess Connolly
He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. Gálatas 2:20 (NVI)
Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás? Génesis 3:9 (NVI)
Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo. 1 Juan 2:16 (NVI)
Tú formaste mis entrañas; me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré, porque formidables y maravillosas son Tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien. Salmos 139:13-14 (RVR-1995)
Cuando Mardoqueo se enteró de lo que había dicho Ester, 13 mandó a decirle: «No te imagines que por estar en la casa del rey serás la única que escape con vida de entre todos los judíos. 14 Si ahora te quedas absolutamente callada, de otra parte vendrán el alivio y la liberación para los judíos, pero tú y la familia de tu padre perecerán. ¡Quién sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como este!» Ester 4:13-14 (NVI)
Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Eso lo hacemos al fijar la mirada en Jesús... Hebreos 12:1b-2a (NTV)
Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza. Jeremías 29:11 (RVA-2015)
Nos sentíamos como sentenciados a muerte. Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos. 2 Corintios 1:9 (NVI)
Bendito el hombre que confía en EL SEÑOR, y cuya confianza es EL SEÑOR. Será como un árbol plantado junto a las aguas y que extiende sus raíces a la corriente. No temerá cuando venga el calor, sino que sus hojas estarán verdes. En el año de sequía no se inquietará ni dejará de dar fruto. Jeremías 14:7-8 (RVA-2015)
Pero ahora, oh Señor, tú eres nuestro Padre. Nosotros somos el barro, y tú eres nuestro alfarero; todos nosotros somos la obra de tus manos. Isaías 64:8 (RVA 2015)
Así que no pierdan la confianza, porque esta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Hebreos 10:35-36 (NVI)
He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. Gálatas 2:20 (NVI)
Y sucedió que a la séptima vez, él dijo: «Veo una nube tan pequeña como la mano de un hombre, que sube del mar». 1 Reyes 18:44a (NBLA)
En mi lecho me acuerdo de ti; pienso en ti en las vigilias de la noche. A la sombra de tus alas canto de alegría, porque tú eres mi ayuda. Mi alma se aferra a ti; tu mano derecha me sostiene. Salmo 63:6-8 (NVI)
Nosotros sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza en su amor. Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios y Dios vive en ellos; 1 Juan 4:16 (NTV)