Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. 1 Pedro 5:6 (NVI)
Cuando me encuentro en un conflicto, quiero encontrar las palabras correctas para superarlo. Pero eso no siempre es posible.
Aunque hablar es bueno, a veces la conversación da vueltas en lo mismo, y ya no quedan más palabras productivas que decir. Cuando esto sucede, es posible que una chica quiera rendirse. Pero antes de rendirme, he aprendido que pasar tiempo en silencio ante el Señor puede ser el mejor remedio para situaciones confusas.
Si le hago un alto a toda la emoción, la frustración y el agotamiento para sentarme en silencio con Jesús, eso termina siendo lo más efectivo para desenredar un conflicto.
¿Alguna vez has sentido que las relaciones son difíciles de navegar? Tal vez hoy te encuentres tratando de resolver una situación que es complicada, confusa e impredecible. Si es así, aquí hay cinco cosas hermosas que he descubierto cuando dejo de tratar de solucionar todo y, en cambio, me quedo quieta ante Dios:
- Podemos sentirnos lo suficientemente seguras como para humillarnos.
En el calor de un conflicto, lo último que quiero hacer es humillarme. Quiero explicarlo todo y hacer valer mi postura. Pero estoy aprendiendo que debo retirarme de la batalla y pedir humildemente a Dios que hable la verdad a mi corazón para que las cosas empiecen a tener sentido. Nunca he tenido un conflicto relacional en el que no haya contribuido al menos en algo al problema. A menudo, solo puedo ver ese algo en la quietud.
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios… (1 Pedro 5:6).
- Dios nos elevará a un lugar más racional
Cuando estamos en medio de una relación complicada, nuestras emociones pueden hundirnos en un pozo de desesperanza. La única forma de salir del pozo es tomar la decisión de dejar de cavar más profundo y acudir a Dios en busca de una solución.
…para que él los exalte a su debido tiempo (1 Pedro 5:6).
- La ansiedad da paso al progreso
Podemos derramar nuestros corazones ansiosos a Jesús, que nos ama justo donde estamos, como estemos. Y como Su amor viene libre de juicios, podemos sentirnos bastantes seguras como para admitir humildemente que necesitamos que Jesús obre en nosotras. Intentar cambiar a otra persona solo aumentará nuestra ansiedad. Si dejamos que Jesús obre en nosotras, el verdadero progreso puede ocurrir.
Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes (1 Pedro 5:7, NVI).
- Comprendemos que nuestro verdadero enemigo no es la persona con la que estamos en conflicto.
La verdad es que tenemos un enemigo, y no es la otra persona. La influencia de Satanás sobre mí y la persona que me ofende es la verdadera culpable. No puedo darme cuenta de esto en la intensidad del momento. Pero cuando en la quietud, me pongo alerta y puedo obtener una estrategia para actuar y reaccionar con mayor autocontrol.
Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe… (1 Pedro 5:8-9, NVI).
- Podemos estar seguras de que Dios utilizará este conflicto para el bien, independientemente de cómo resulte.
Si me esfuerzo por manejar bien este conflicto, puedo librarme de la presión de que todo resulte de color rosa. A veces las relaciones se fortalecen a través del conflicto. Pero otras veces, las relaciones terminan a causa del conflicto. Como no puedo controlar a la otra persona, debo seguir centrándome en el bien que Dios está haciendo en mí a través de esto y dejar el resultado en Sus manos.
Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables. A él sea el poder por los siglos de los siglos. Amén (1 Pedro 5:10-11, NVI).
Al final, esta lucha puede ser usada por Dios para hacerme más fuerte y competente en mis relaciones. Si soy lo suficientemente humilde para recibir en la quietud con Dios lo que Él quiere enseñarme a través de mis dificultades, entonces puedo estar tranquila, sea cual sea el resultado.
Amado Señor, ayúdame a dejar de tratar de resolver esta situación y a sentarme en silencio Contigo por un momento. Dios, permíteme humillarme ante Ti. Muéstrame Tus pasos hacia la restauración. O muéstrame Tus pasos hacia una separación saludable. Llévate mi ansiedad y reemplázala con Tu paz, sabiduría y seguridad. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
1 Pedro 5:5b, Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes». (NVI)
Si te encuentras enredada en un conflicto con alguien, intenta escribir una oración por esa persona. A veces, orar por alguien que nos frustra ablanda nuestros corazones y nos permite ver nuevas posibilidades para que la redención de Dios ocurra (y tal vez incluso la restauración con esta persona).
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