Devocionales

Tú nunca eres demasiado para Dios

Jodi Harris 19 de diciembre de 2022
Miren los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan; pero les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos … ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe? Mateo 6:28b-30 (RVA-2015)

¡Estoy tan enojada! Clamo a Dios. Mi pecho se endurece mientras aprieto el cojín del sofá.

El enojo es la armadura externa que protege mi corazón sensible del rechazo que siento por dentro. Quiero estar más cerca de mi ser querido, pero el temor me dice que soy demasiado para ellos.

Mi lamento a Dios continúa: es como si yo fuese una rosa, pero me ven como un cactus. Entonces me dan la atención que requiere un cactus: no mucha. Pero una rosa necesita más. Necesita sombra y sol en las cantidades adecuadas; tiene espinas con que hay que lidiar, tierra que necesita nutrientes y agua, ramas muertas que necesitan ser podadas.

En otras palabras, me doy cuenta a mitad de mi oración, las rosas necesitan mucho mantenimiento, y yo también. Suspiro. Lo puedo ver. Es demasiado.

Soy demasiado.

Mientras me siento en silencio, escuchando al Espíritu Santo, lo visualizo como Aquel que me ama tal como soy. Oh, Señor, ayúdame a liberar a mis seres queridos de cumplir un rol que no es suyo, sino Tuyo.

Dios trae a mi mente una imagen de mi jardín lleno de rosas florecientes repletas de color, plantadas hace años por dueños anteriores. Nunca habían florecido así, desde que vivimos aquí… hasta esta primavera. Me cautivaron tanto: las de color rosa, las amarillas, las blancas, las lavandas, las durazno y las rojas en varias formas y tamaños.

Dios, ¿por qué esto? Me pregunto. Entonces siento que Él habla estas palabras con ternura a mi corazón:

Mi hija amada, ¡mira esas rosas que he nutrido y hecho florecer! Observa cómo las cuido exactamente como lo necesitan, para florecer. Si puedo crear y nutrir un hermoso jardín de rosas para que tú lo disfrutes, puedo nutrirte de la misma manera.

Tú anhelo de ser valorada tal y como eres sólo se satisface en Mí. ¡Tú nunca eres demasiado para Mí! Yo te creé y te nutriré perfectamente para que florezcas, pero tienes que venir a Mí. No puedes poner esa carga o ese rol en nadie más. Soy el Único que te conoce completamente y puede satisfacer tus necesidades. ¿Me dejarás hacerlo?

Esta voz suave de Dios Padre se parece mucho a la que enseñó a la gente en una ladera hace mucho tiempo:

Miren los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan; pero les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos … ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe? (Mateo 6:28b-30).

Estas palabras de Jesús en las Escrituras saltan de la página y entran en mi corazón y en mi vida mientras las experimento de primera mano. No soy demasiado para Dios. Yo soy valorada profundamente y amada tal como soy.

En los días siguientes paseo por mi jardín, empapándome del constante recordatorio de Dios de que Él no solo cuida de las rosas que rodean mi hogar, sino también por la rosa que está adentro.

Dios Padre, ¡gracias por todos los recordatorios a nuestro alrededor que Tú usas para decirnos que estás aquí, amándonos y nutriéndonos exactamente como lo necesitamos para que podamos florecer! En el Nombre de Jesús, Amén.

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Salmo 143:5, …medito en todas tus proezas, considero las obras de tus manos. (NVI)

Salmo 8:3-4, Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste, me pregunto: «¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?» (NVI)

En nuestros versículos clave, Mateo 6:28b-30, la palabra “miren” significa “examinar muy de cerca, ver y aprender”. A lo largo del ministerio de Jesús, a menudo pidió a Sus seguidores que observaran algo en la naturaleza, para aprender de ello.

¿Alguna vez te has dado el tiempo para estudiar y observar algo en la naturaleza que a la vez te enseñó algo sobre nuestro Padre celestial? ¡Cuéntanos en los comentarios!

© 2022 por Jodi Harris. Todos los derechos reservados.


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