»Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Juan 15:9a (NVI)
Durante la mayor parte de mi vida, sentí que estaba en segundo lugar, que no era tan buena como los demás.
Fui porrista en mi primer año en el colegio secundario, pero era suplente. Eso significaba que estaba en el escuadrón aunque hacía todo lo que hacían las otras chicas, estaba claro que no era tan buena como las otras que saltaban alto y daban volteretas. Apenas lo logré. Fui la última en ser elegida.
Cuando solicité ingreso a la universidad, me pusieron en una lista de espera. Fui admitida porque alguien más se retiró a última hora. Apenas lo logré. Fui la última en ser elegida.
Incluso cuando tenía que servir como jurada, ¡era la suplente! Tuve que quedarme y escuchar durante una semana entera en caso de que alguien tuviera que abandonar y ni siquiera obtuve un voto. Apenas lo logré. Fui la última en ser elegida.
Me pregunto si alguna vez sentiste que eras alguien que “también compitió” … que fue una ocurrencia tardía … alguien que apenas lo logró … la última en ser elegida. Si es así, no estás sola.
Una cosa que me encanta de Juan, el discípulo de Jesús, es que él sabía sin lugar a dudas que no era el segundo plato de nadie cuando se trataba de Jesús. Se refirió a sí mismo como “el que Jesús amaba”. Juan sabía que él era el favorito de Jesús. Y también lo era Pedro, Santiago, Andrés, Felipe y todos los demás. Yo también lo soy. Al igual que tú.
Por supuesto, Juan realmente no estaba diciendo que de todas las personas en el mundo, Jesús lo amaba más. Pero tal vez sí estaba diciendo que de todas las cosas que la gente podría decir sobre él, todos los adjetivos que podrían usar para describirlo, todos los nombres que podrían llamarle, “aquel a quien Jesús amaba” era la única descripción que importaba.
Lee estos versículos y observa cómo Juan se describió a sí mismo:
¿Te hacen sonreír esos versículos? Me divierte un poco la confianza de Juan. Pero supón que tú y yo viviéramos así … «mi nombre es Sharon, la que Jesús ama».
Adelante, pon tu nombre en el espacio en blanco: mi nombre es ________________, la que Jesús ama.
No fuiste elegida como una suplente, una a “también compitió”, alguien que apenas lo logró o fue la última en entrar. Fuiste elegida porque eres la favorita de Jesús, ¡y yo también! Jesús dice esto acerca de ti: “»Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes” (Juan 15:9a). Eso sí que es amor de verdad.
Entonces, la próxima vez que te sientas inferior, recuérdate exactamente lo que dijo Juan: «yo soy la que Jesús ama».
Padre, a veces me siento tan mediocre, pero sé que no es así como quieres que viva. Tu Palabra dice que soy elegida, santa, muy amada, apartada, equipada por Ti, fortalecida por el Espíritu Santo y envuelta en Jesucristo. Yo soy la que Jesús ama. Ayúdame a vivir como lo creo. En el Nombre de Jesús, Amén.
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Efesios 2:4-5, Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados) (NBLA)
Lee los siguientes versículos y observa cómo se siente Dios acerca de Sus hijos amados: 1 Juan 4:9-11, Romanos 5:8 y 1 Juan 3:1.
¿Cómo sería para ti vivir como si creyeras que esos versículos son verdaderos en tu vida? Si crees estos versículos hoy, deja un comentario abajo y di, «Yo soy la que Jesús ama».
© 2023 por Sharon Jaynes. Todos los derechos reservados.
Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.
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