El peligro de la deriva
Sharon Jaynes
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. Hebreos 2:1 (NBLA)
«Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y vigilen». Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora. Marcos 14:34-35 (NVI)
Sin embargo, yo confío en que veré la bondad del SEÑOR mientras estoy aquí, en la tierra de los vivientes. Salmos 27:13 (NTV)
En mi corazón he atesorado Tu palabra, Para no pecar contra Ti. Salmo 119:11 (NBLA)
¡Enséñanos a contar bien nuestros días, para que en el corazón acumulemos sabiduría! Salmos 90:12 (RVC)
Sino que he calmado y acallado mi alma; Como un niño destetado en el regazo de su madre, Como un niño destetado está mi alma dentro de mí. Salmo 131:2 (NBLA)
En realidad, lo que Saúl quería era que David cayera en manos de los filisteos … David los enfrentaba con más éxito que los otros oficiales de Saúl. Por eso llegó a ser muy famoso. 1 Samuel 18:25b, 30b (NVI)
El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Romanos 8:16 (NVI)
Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero. Salmo 119:105 (NVI)
Tras destituir a Saúl, les puso por rey a David, de quien dio este testimonio: “He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero”. Hechos 13:22 (NVI)
Encomienda al SEÑOR tu camino, Confía en Él, que Él actuará; Salmos 37:5 (NBLA)
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. Hebreos 2:1 (NBLA)
—Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti. Así que el hombre se fue y proclamó por todo el pueblo lo mucho que Jesús había hecho por él. Lucas 8:39 (NVI)
pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de...
Mi alma se aferra a ti; tu mano derecha me sostiene. Salmo 63:8 (NVI)