El peligro de la deriva
Sharon Jaynes
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. Hebreos 2:1 (NBLA)
El SEÑOR llevará a cabo los planes que tiene para mi vida, pues tu fiel amor, oh SEÑOR, permanece para siempre. Salmo 138:8a (NTV)
Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Hebreos 4:12a (NVI)
El que perdona la ofensa conserva el amor; el que insiste en ella, separa a los mejores amigos. Proverbios 17:9 (NBV)
Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero los he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído de Mi Padre. Juan 15:15 (NBLA)
Somos impotentes ante este ejército poderoso que está a punto de atacarnos. No sabemos qué hacer, pero en Ti buscamos ayuda». 2 Crónicas 20:12b (NTV)
«¿Podrá alguien esconderse en escondites De modo que Yo no lo vea?», declara el SEÑOR. «¿No lleno Yo los cielos y la tierra?», declara el SEÑOR. Jeremías 23:24 (NBLA)
El que busca la justicia y el amor inagotable encontrará vida, justicia y honor. Proverbios 21:21 (NTV)
Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, que sostiene tu diestra, que te dice: “No temas, yo te ayudaré”. Isaías 41:13 (NBLA)
Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos. Isaías 55:11 (NVI)
¿No te lo he ordenado Yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas». Josué 1:9 (NBLA)
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. Hebreos 2:1 (NBLA)
—Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti. Así que el hombre se fue y proclamó por todo el pueblo lo mucho que Jesús había hecho por él. Lucas 8:39 (NVI)
pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de...
Mi alma se aferra a ti; tu mano derecha me sostiene. Salmo 63:8 (NVI)