El peligro de la deriva
Sharon Jaynes
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. Hebreos 2:1 (NBLA)
Más tarde, cuando Jesús se quedó a solas con los doce discípulos y con las demás personas que se habían reunido, le preguntaron el significado de las parábolas. Marcos 4:10 (NTV)
»Que me hagan un santuario, para que Yo habite entre ellos. Éxodo 25:8 (NBLA)
Entonces Eliseo oró: «SEÑOR, ábrele a Guiezi los ojos para que vea». El SEÑOR así lo hizo, y el criado vio que la colina estaba llena de caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo. 2 Reyes 6:17 (NVI)
Dios vio todo lo que había hecho; y era bueno en gran manera. Y fue la tarde y fue la mañana: el sexto día. Génesis 1:31 (NBLA)
y dijo Jahaziel: «Presten atención, todo Judá, habitantes de Jerusalén y tú, rey Josafat: así les dice el SEÑOR: “No teman, ni se acobarden delante de esta gran multitud, porque la batalla no es de ustedes, sino de Dios. 2 Crónicas 20:15 (NBLA)
Llegando en ese mismo momento, Ana dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Lucas 2:38 (NVI)
SEÑOR, tú me examinas, tú me conoces. Salmo 139:1 (NVI)
Entonces, ¿quién nos condenará? Nadie, porque Cristo Jesús murió por nosotros y resucitó por nosotros, y está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios, e intercede por nosotros. Romanos 8:34 (NTV)
Pero con frecuencia Él se retiraba a lugares solitarios y oraba. Lucas 5:16 (NBLA)
Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Juan 15:16a-b (NTV)
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. Hebreos 2:1 (NBLA)
—Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti. Así que el hombre se fue y proclamó por todo el pueblo lo mucho que Jesús había hecho por él. Lucas 8:39 (NVI)
pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de...
Mi alma se aferra a ti; tu mano derecha me sostiene. Salmo 63:8 (NVI)